martes, 11 de enero de 2011

Distancia

Nada tienen que ver los cuerpos, su ubicación, o el espacio que ocupen sus formas en la sala.
Puedo estar a tu lado y que no me percibas. Puedo estar a kilómetros de ti y encontrarme pegada a tu costado.

La física, al final, no importa en estos casos.

Ahora estoy sin estar, por ejemplo, aunque algunos me vean. Mi mente no está aquí, aunque intento atraerla por momentos para que mi ausencia no resulte evidente ante sus ojos, para no provocar un accidente mientras cruzo la calle, no mostrar cómo no les reflejo si me miran de frente, no descubrirme ante ellos como un cuerpo sin vida, que es lo que soy ahora, porque no vivo aquí, sino que habito en algún otro lado, un poco más allá de esta miseria.

Si te cruzas conmigo no tengas por seguro que podrás encontrarme. Si no me ves, no creas, que me mantienes lejos. A veces, este estar sin estar, es parte de la esencia de mantenernos vivos.

Pues si lo piensas bien no existe mayor dicha, algunas veces, que la de ver el rastro de unos pasos, sin poder alcanzar a oír ni una pisada...

2 comentarios:

  1. Hoy llegué a tu blog por casualidad y me ha encantado descubrirlo.
    Lo seguiré de cerca. Un saludo.

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  2. Hola Antonio
    Muchas gracias por leer y por comentar
    Un saludo

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