sábado, 26 de mayo de 2012

Lo que nos hizo hombres





Lo que nos hizo hombres,
la destreza
de caminar de frente hacia la vida,
las huellas del camino ya borradas,
la armoniosa verdad que nos mentimos.

Lo que nos hizo hombres
desdichados,
la soledad de vernos convertidos
en un sinfín de pasos por la nada,
la crueldad del espejo que nos mira,
la ausencia de los otros bajo el tiempo.

Lo que nos hizo hombres,
quién lo sabe,
si hoy todo se ha perdido entre la bruma,
entre el saber estar,
entre las falsas
sonrisas de cumplido por las calles,
tras la apariciencia absurda que nos guarda,
tras lo que nos creímos
                                            desde niños.

Lo  que  nos hizo hombres, y hoy nos falta,
el arrojo feliz, la valentía,
las ganas de ensañarnos contra el tiempo,
la  fuerza,
               la ilusión,
                             

                                            la simple vida.


viernes, 18 de mayo de 2012

Cosas que nunca tendré


Renuncié a sentir. Renuncié a dejar la estación desde la que veo pasar los trenes. Renuncié al primer amor, a la inocencia y la entrega sin medida. Renuncié a conformarme. Renuncié a no pensar. Renuncié a que mi rostro continuara viajando,  la mirada perdida a través del cristal, imaginando otros mundos posibles más allá de mi propio destino. Renuncié a esos viajes de ida y vuelta, desde hoy hasta el pasado, y del ayer hasta hoy. Renuncié a la voz del revisor indicándome que tenía que apearme. Renuncié a los billetes con principio y con fin. Renuncié a renunciar. 

Y aún así continúo viviendo en mi estación, y ni siquiera agito ya el pañuelo cuando parten los trenes. Hoy sé que hay tantas cosas que ya nunca tendré que siento que he creado en este banco una suerte cárcel escogida. La cárcel de quien cree, aún y todavía, que un día, alguna tarde, al escuchar un tren y su silbato, reconocerá entre sus pasajeros que ha llegado la vida.